Un nuevo escándalo involucra a las altas esferas de la Policía Nacional del Perú y al exministro de Defensa, Walter Ayala. El Ministerio Público, a través del Equipo Especial contra la Corrupción del Poder, realizó un megaoperativo y se detuvo a tres generales PNP que son jefes en sus zonas. Estarían vinculados en presuntos pagos realizados para ascensos irregulares con la presunta anuencia del presidente Pedro Castillo.
Este tipo de hechos no son ajenos a la sociedad. Muchas veces hemos escuchado críticas por ascensos en diferentes instituciones, los cuales no se realizan en base a la meritocracia sino más bien por favores personales, en este caso habrían pagado entre 20 mil a 30 mil dólares para ascender.
Esas irregularidades y actos de corrupción lo hicieron quienes están al mando de la institución policial, es decir generales que al llegar al escalafón más alto de su profesión debían ser modelos a seguir para todos sus subalternos y para la sociedad.
Las investigaciones apuntan a que en verdad este fue el ‘modus operandi’ utilizada para copar el cuadro más alto de oficiales de la Policía.
De ser cierto resulta lamentable como se ha ‘manoseado’ el crecimiento profesional dejándolo a un lado para dar paso al dicho que señala que “el dinero compra todo”.
Nuestra sociedad ya está llena de muchos tristes ejemplos como para seguir llenándose de más favoritismo a cambio de dádivas.
Esperemos que las investigaciones permitan diferenciar a los malos elementos que se prestaron para estas maniobras.
Como en todo lugar también existen las buenas personas que se esfuerzan en que la institución policial crezca para seguir siendo muestra de orden y respeto ante la sociedad.
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