A propósito de los tiempos de las recetas, hoy comparto una que es difícil de cocinar, aunque muy efectiva para lograr que nuestros peques amen la lectura.
Esa receta es el trabajo articulado entre los involucrados en incentivar el hábito y amor por la lectura, ellos son: los padres, las instituciones educativas, los profesionales del ámbito del libro, lectura y bibliotecas, los gobiernos locales, regionales y nacionales, los medios de comunicación, las bibliotecas, públicas, privadas y escolares.
Ahora en tiempos de pospandemia, evidenciamos una gran oportunidad de realización de un trabajo en conjunto que nos permita lograr el objetivo común de lograr que nuestros niños y niñas amen leer.
En muchas ciudades se viene preparando esta receta a través de: sensibilizar a los padres en su rol fundamental de trabajar de forma contante con la lectura diaria junto a sus hijos. También en la reactivación de bibliotecas que están reinventándose ante una nueva realidad que involucra el internet.
Además, los nuevos gobiernos, a decir verdad, algunos, están apostando por la recuperación de los espacios que fueron destinados para otros fines y apoyando iniciativas. Por su parte, las escuelas trabajan con las familias y participan de las actividades programadas por las bibliotecas y los medios de comunicación apoyan en la difusión de eventos y actividades.
Solo con un trabajo articulado, organizado y teniendo claridad el objetivo principal “Incentivar el hábito y amor por la lectura en los niños, niñas y adolescentes” lograremos que así sea.
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