Educar a los hijos es un gran reto, aunque debemos reconocer que ellos se convierten en nuestros maestros e inspiran que seamos mejores personas, porque sabemos que ellos nos observan e imitan nuestros comportamientos y actitudes. Hoy comparto algunas recomendaciones con el deseo de que se conviertan en aprendizajes.
Tener normas en casa: reglas, horarios y límites, esto les brinda seguridad y evita conflictos en la familia. Ser empáticos: enseñar que las personas tenemos características diferentes y somos únicos, ponernos en el lugar del otro, ayudará a tener relaciones saludables.
Ser honesto: enseñar a hablar con la verdad y asumir las consecuencias de ello. Dar responsabilidades en el hogar: con ello brindamos aprendizajes de esfuerzo, constancia y dedicación. Manejar la frustración y ser agradecidos: enseñar que no todo se obtiene con un clic o que el cariño no solo se demuestra con regalos materiales.
Dar afecto: a través de abrazos, caricias, mimos o palabras, ayuda a crear apego y fortalecer su autoestima. Validar sus emociones: ya sea cuando está enojado o triste, acompañarlos sin juzgar y ser refugio para ellos.
Escucharlos: desde que son bebés y en todas sus etapas, por ejemplo, cuando hacen berrinche o una travesura dejar que nos cuenten lo ocurrido sin juzgar. Brindar tiempo: al menos 20 minutos diarios para conversar, leer o hacer alguna actividad que implique fortalecer la relación y el afecto, evitando distracciones como el celular o la tele.