Conocer a Gonzalo Oyarzún ha sido un lujo, y escucharlo ha sido un mar de inspiración, saber que en el mundo existen personas tan apasionadas, mueven hacia la acción porque demuestran que lo imposibles es posible.
En su libro “La biblioteca imaginada” resume su sentir hacia las bibliotecas, aquellas que trabajan con las comunidades y son espacios que brindan oportunidades para el desarrollo integral de las personas en las dimensiones económica, social, cultural, educativa, incluso de salud.
Para Gonzalo las bibliotecas son plataformas que ayudan a las perdonas a identificar y aprovechar las oportunidades de desarrollo y aprender nuevas habilidades; asimismo, colabora en el fortalecimiento de lazos comunitarios.
Por si fuera poco, alfabetiza, educa, rescata el patrimonio local, conecta, crea redes, es donde se valora las voces locales, se construye a partir y la diversidad, es dinámica, cambia, innova y se transforma.
Es un espacio flexible, centrado en las personas, sus prácticas y necesidades, funciona con un horario que la comunidad requiere y atiende más allá de los límites de su infraestructura, porque reconoce que es un servicio, una red que alcanza todas las personas de la comunidad.
Se siente propio porque está comprometida con su comunidad, es un espacio democrático y a la vez de debate, de encuentro en la diversidad y tolerancia, mira al futuro con el corazón en el pasado. Allí puedes sentir olores, ver colores; es cocina, huerta, mesa; es una casa donde todos son bienvenidos. Gracias Gonzalo por creer en la biblioteca imaginada.