En pocas horas, miles de personas acudirán a los cementerios a recordar a aquellos familiares que les tocó partir a la eternidad. Los camposantos se abarrotarán de recuerdos y homenajes para quienes ahora descansan en paz.
Sin embargo, queda recordar que esta fecha no debe ser la única en la cual recordemos a nuestros familiares. Muchos dicen que el mejor homenaje es aquel que se realiza en vida y por ello no esperemos que nuestros seres queridos se encuentren enterrados en una fría tumba o para quienes ahora descansan en paz.
Los últimos dos años de pandemia han servido para darnos cuenta de lo importante que resulta pasar tiempo con nuestros seres queridos. Lamentablemente no todos tuvieron la oportunidad de valorarlo en su momento y en estas fechas los recuerdan con nostalgia y las ganas enormes de, al menos, darles un abrazo interminable.
En este 1 de noviembre, los cementerios estarán colmados y tendremos un panorama adicional. Muchas personas irán a recordar a quienes fallecieron durante los últimos años de pandemia y a los que en su momento no se les pudo dar una digna ceremonia de despedida.
Es así que la situación presentada será muy diferente a pesar del avance de la reactivación económica. Siempre habrá historias para contar, pero aún más de quienes durante los dos últimos años no tuvieron la oportunidad de ser mejores con sus seres queridos. Tal vez para ellos ahora es muy tarde y precisamente por esto es que debemos disfrutar más el regalo de vida, aún en el día considerado de los difuntos.