Antes de las 15 horas de este jueves 20 de junio, llegó deportado de Estados Unidos, el empresario Alejandro Sánchez Sánchez, dueño de la casa Sarratea y pieza clave en la investigación contra el expresidente Pedro Castillo, imputado de liderar una organización criminal durante su gobierno.
El empresario es acusado de ser el financista y operador en la red criminal de Castillo. Sánchez aportó a la campaña presidencial del exmandatario y una vez que su candidato tomó el poder empezaron a copar puestos estratégicos en el Estado, según la Fiscalía.
Las acciones y todo el planeamiento de corrupción lo hacían en la casa de Sánchez ubicada en el pasaje Sarratea del distrito de Breña. En dicho inmueble, Castillo despachaba por las noches y recibía a sus familiares, autoridades, políticos y proveedores, para traficar influencias, acordar licitaciones y negociar puestos públicos. Es decir era el centro de operaciones de la red de Pedro Castillo, según la Fiscalía.
Dicha vivienda fue usada entre noviembre del 2021 a octubre de 2022. Después fue allanada e incautada por orden judicial.
En la casa de Sánchez, la lobista Karelim López se habría reunido con Castillo y otros para ser beneficiada con licitaciones como para la construcción del puente Tarata en San Martín. En este caso, la empresaria es colaboradora eficaz y declaró que Castillo adjudicaba obras a cambios de sobornos.
El expresidente negó todo lo imputado y aseguró que acudía a la vivienda porque le gustaba la sazón de la madre de Alejandro Sánchez.
Por el momento, el dueño de la vivienda que afrontará 30 meses en prisión preventiva, puede acogerse a la colaboración eficaz, según informó la fiscal Marita Barreto.