¿Hasta qué edad viven en promedio los arequipeños? La respuesta la dan las cifras de estimaciones y proyecciones de población del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) y es 79.4 años, datos en un período 2020-2025.
Al comparar la información de 2000, la esperanza de vida en Arequipa era de 72.8 años, según el geriatra y director del hosptital Municipal Arequipa, Gustavo Rondón Fudinaga. Uno de los principales factores para que los mistianos vivan más se debe al avance de la tecnología en tratamientos médicos, es decir, al tener enfermedades hay más posibilidades de curar a los pacientes en corto plazo.
En el caso de las mujeres, la esperanza de vida pasó de 74.8 años en el 2000 a 79.1 años este año, mientras que en el caso de los varones de 70.5 a 74.3 años, según el INEI.
En contraste con el resto del país, Arequipa pasó de ocupar el cuarto puesto al segundo este año. Solo una posición por debajo del Callao que viven 81.2 años de edad.
En los últimos 23 años, la esperanza de vida de Arequipa aumentó cinco años, de 72 a 79. (Ver barras)
Al respecto, el sociólogo arequipeño Mario Berríos Espezúa sostiene que el crecimiento de la esperanza de vida es una tendencia mundial, no obstante, destacó que el vivir más, no significa vivir mejor.
“La población arequipeña está viviendo más por razones multidisciplinarias, pero generalmente es por los avances tecnológicos. Sin embargo, el incremento de la esperanza de vida no es sinónimo de vivir mejor”, dijo.
El especialista también analizó a las parejas arequipeñas que tienen la tendencia de no formar familias con hijos en las nuevas generaciones. “Es una inclinación mundial, que marcan un rechazo al compromiso, al matrimonio y a tener hijos”.
Según las investigaciones de Berríos, en el Perú, el rechazo a tener hijos es más propenso en oposición a años anteriores al 2000, que según la data se registraban de 3 a 4 hijos por pareja. Mientras que el 2021, solo planifican tener de 1 a 2 hijos, panorama similar que se registra en Arequipa.
El sociólogo muestra su preocupación por la baja tasa de natalidad, que a mediano plazo generará que haya jóvenes con recarga de trabajo.
“Si la estadística se reduce a 1 hijo por pareja, tendremos más población joven sobreexplota, estresada, con trabajo para cubrir los gastos de pensiones de los adultos mayores. Si hay menos Población Económicamente Activa (PEA) habrá menor recaudación para el Estado y en consecuencia crisis económica. Efecto que no queremos ver”, finalizó.