Uno de los ministerios que más cambios tuvo en el gobierno de Dina Boluarte fue Educación. Con cuatro ministros al mando los anuncios se esfumaron y el sector aún cuenta con severos problemas, sobre todo en la zona rural.
La primera en asumir la cartera fue Patricia Correa, quien renunció a los seis días por las muertes en las protestas y la indiferencia de la mandataria. En su reemplazo Boluarte nombró a Óscar Becerra, quien más destacó por sus polémicos comentarios que por su trabajo.
Becerra calificó de ‘animales’ a las madres aimaras, además en un discurso se mostró a favor de la salida de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y a favor de la pena de muerte. Lo que provocó su salida.
Su sucesora fue Magnet Márquez que renunció luego que el premier le pida su dimisión. Esto porque Márquez se opuso al proyecto de ley que buscaba el retorno a la carrera pública magisterial de cerca de 14 000 docentes interinos cesados en el 2014 por no rendir la evaluación o, en algunos casos, por no presentarse a la prueba.
Tras ello, asume Miriam Ponce, quien se mantiene hasta la fecha. Entre sus principales anuncios fue capacitar a los docentes, reforzar la infraestructura educativa, entre otros (ver cuadros). Si bien tiene tres meses en el cargo, viabilizó algunos proyectos que dejaron sus antecesores como la construcción de colegios.
Sin embargo, aún hay muchas carencias en la educación. Colegios con pésima infraestructura, sin títulos de propiedad y en las zonas rurales los menores tienen que caminar horas para llegar a sus escuelas.
Para el último problema aún no hay anuncios ni propuestas de crear más colegios o mejorar el transporte. Es un sector abandonado.
En esa línea también falta el trabajo contra el bullying, mejora en la calidad educativa, falta de tecnología y más capacitaciones a docentes.
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