Cada 30 de agosto el Perú celebra el Día de Santa Rosa de Lima. Su verdadero nombre fue Isabel Flores de Oliva y es una de las figuras religiosas más importantes en el mundo y la primera santa del continente americano.
Isabel Flores de Oliva, nació el 20 de abril de 1586 y falleció el 24 de agosto de 1617 con tan solo 31 años. Isabel dedicaba gran parte de su tiempo a actividades como el bordado, tejido, la cultivación de flores, pero sobre todo acciones que dejaron su huella en el mundo, como atender a los necesitados y enfermos a tal punto de implementar una enfermería en su propio hogar.
Isabel caracterizada por su belleza y por su tono rosáceo, recibió el nombre de rosa, hoy en día la llamamos Santa Rosa de Lima, muchos la conocen por su vida cargada de penitencias, también por sus largas jornadas de ayuno, dormir en superficies duras como tablas y los fuertes castigos físicos a los que se sometía como latigazos en su cuerpo.
Santa Rosa de Lima ha sido canonizada como Santa por los milagros que ha realizado, algunos de ellos fueron:
- María Sánchez, una niña que perdió la movilidad producto de una fuerte caída, se curó milagrosamente cuando sus padres realizaron una novena en la tumba de Santa Rosa De Lima.
- Mauro Diego de Ayala se curó de la invalidez que tenía su brazo derecho después de encomendarse a la patrona de las Américas ante su sepulcro en la iglesia de santo domingo, de este hecho hubo varios testigos.
- María de Vera fue desahuciada por su doctor tras tener una elevada temperatura (fiebre), ella invocó a la patrona mientras sostenía una estampa de su imagen, después de quedarse dormida despertó sana.
- Candida Rosseta dios a luz con muchas complicaciones, estaba al borde de la muerte, sufrió muchos días. Pero al colocar una imagen de santa rosa de lima en su vientre, se recuperó.
¿Por qué Santa Rosa de Lima es considerada patrona de las Américas y Filipinas?
Tomo se sitúa durante la Segunda Guerra Mundial, se cuenta que una bella dama se apareció delante de muchos soldados filipinos quienes combatían con el ejército japonés, al ver una mujer vestida con túnicas blancas y negras la siguieron, al llegar se dieron cuenta de que los había guiado hasta la parroquia de Santa Rosa donde pudieron conseguir refugio y alimento.
Cuando los japoneses llegaron al lugar no pudieron ingresar, aunque los oficiales intentaron corromper el templo, sus caballos se reusaron a moverse. Los soldados agradecieron arrodillados frente a la imagen de la dama que los había guiado hasta su salvación, Santa Rosa de Lima.
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