Arequipa desde su fundación española se consagró al culto de las advocaciones marianas (dedicación de un lugar religioso a santos o a la Virgen). Pero, la imagen que tuvo su devoción absoluta fue Nuestra Señora de la Candelaria. Gracias a sus milagros se convirtió en la imagen dominante de la ciudad y sus templos en santuarios.
La veneración a la Virgen de la Purificación o Candelaria inició en las zonas rurales cada 2 de febrero desde el siglo XVII (Cayma, Characato y Chapi). La popularidad de la efigie crecía porque era sanadora de epidemias y protectora en los terremotos.
Los milagros realizados fueron reconocidos a nivel mundial. Nuestra Señora de la Candelaria de Cayma recibió en 1947 la coronación canónica, un reconocimiento que entrega el Vaticano por la devoción a una advocación mariana.
Es justo esta imagen que tiene como una fecha principal de celebración el 2 de febrero. Por ese motivo, ayer domingo se realizó una ceremonia especial en Cayma, donde la imagen apreciada salió en procesión desde el mediodía.
Sus fieles seguidores la acompañaron, los creyentes manifestaron que sintieron que su fe fue correspondida por la Virgen, puesto que ayer salió un resplandeciente sol que permitió hacer un recorrido más placentero en las calles humedecidas por las lluvias de madrugada.
Posteriormente, la Candelaria retornó a su santuario para volver a salir en mayo.