“Quiero hacer música el resto de mi vida”, nos dice enfática Jessyca Sarango, la artista peruana que participó en tres ediciones del Festival Viña del Mar, en Chile y que hoy continúa su viaje musical en Miami, Estados Unidos.
La historia de Jessyca, cual partitura, se despliega entre cuerdas y sueños forjados desde la niñez, cuando su pequeña mano se aferró a la guitarra y generó un romance con las melodías.
A los 11 años, tuvo su primer encuentro con un escenario, actuando frente a más de 300 personas. Esta experiencia fortaleció su confianza en sus habilidades para componer e interpretar música, pero fue a los 14 años cuando dio sus primeros pasos en la televisión.
Más adelante, representó al Perú en tres ediciones del Festival de Viña del Mar en Chile.
Sin embargo, en el 2004 decidió dejar el Perú para buscar nuevos horizontes en Miami, tierra de sueños y oportunidades.
En esa travesía, trabajó junto a artistas como Jon Secada, Patricia Manterola y logró componer piezas que resonaron en telenovelas transmitidas por Univisión y Televisa.
La mejor decisión
¿Por qué decidiste marcharte con una carrera en Perú?, le preguntamos. Jessyca afirma que este viaje, fue marcado por la valentía de salir de su zona de confort, y la ayudó a expandirse tanto profesional como en su crecimiento personal.
“Ha sido de las mejores, sino la mejor decisión que he tomado en mi vida”, resalta la cantautora.
Desde Miami, donde la naturaleza y la quietud alimentan su inspiración, sigue tejiendo proyectos que confirman su pasión por la música.
Por ejemplo, el nominado álbum para niños "Henry, el camioncito verde", o la reinterpretación de "Penita pena" en su disco "Desafinado".
Señala que su música tiene el propósito de despertar conciencias para el respeto y amor por el medio ambiente y la preservación de la naturaleza.
Desde el tema "Nuestro lugar", compuesto para concientizar sobre la selva amazónica, hasta su labor con fundaciones como Arbio Perú y Taricaya Eco Reserve, emplea cada nota como un llamado a proteger nuestro entorno.
También asegura que siempre deja que su creatividad fluya de forma natural.
“Mi fuente de inspiración es todo, me inspiro absolutamente todo y mi proceso creativo es muy natural. Me dejo llevar. No me obligo nunca a hacer algo, nunca lo he hecho y espero no tener que hacerlo jamás”, aseveró.
Refiere que su música, lejos de buscar lo masivo, encuentra su fuerza en llegar de forma individual a cada oyente.
“Considero que es más poderoso el mensaje cuando es individual; me gusta que las personas tomen mis canciones y las adapten a sus sentimientos, a su vida y creo que he tenido la fortuna de tocar muchos corazones en diferentes generaciones y eso a me llena completamente”, afirma.
En la búsqueda de seguir difundiendo y compartiendo música, fundó lo que sería su primera compañía Merlin Castle Group, que se mantuvo hasta el 2018.
Ese mismo año formó Musilosophy Project, un proyecto con el que ha producido no solamente sus discos, sino también trabajos para otros artistas.
Fuente: Andina