A inicios del siglo XX un muchacho arequipeño se abrió camino en el mundo del arte mundial, logró ser solicitado por las más importantes revistas de la época. Se trata de Joaquín Alberto Vargas y Chávez, quien nació en Arequipa el 11 de febrero de 1896. Fue su padre Maximiliano Telésforo Vargas, pionero de la fotografía arequipeña y su madre Margarita Chávez.
Fue en el estudio fotográfico de su progenitor donde Alberto aprendió a usar el aerógrafo, herramienta que empleó para realizar sus pinturas. Al cumplir 15 años, junto a su hermano Max, fue enviado a Suiza para estudiar fotografía.
Trabajó como ayudante en un estudio fotográfico en Ginebra. Al iniciarse la Primera Guerra Mundial en 1914, ambos hermanos decidieron abandonar Europa y retornar a Arequipa.
El vapor en el que se transportaban hizo escala en Nueva York, en ese lugar fue atraído por una hermosa mujer llamada Anna Mae Clift, a quien le preguntó si podía pintarla, años después se convirtió en su esposa. Vargas alcanzó popularidad dibujando para las revistas musicales Ziegfeld Follies, fue el artista exclusivo por 12 años. Su extraordinario talento llamó la atención de Hollywood, siendo contratado en 1930 para elaborar decoración de los sets de las películas y dibujaba a las más famosas estrellas. En 1939 fue solicitado por la revista “Squire” e ilustró sensuales dibujos de chicas en sus páginas.
Después de muchos años de prosperidad surgieron problemas judiciales con la revista “Squire”, estos conflictos legales lo dejaron en la quiebra y sin la posibilidad de poder encontrar un nuevo trabajo, pues “Squire” alegaba ser dueño de toda la producción del artista. Ante esta profunda crisis económica, Alberto Vargas y su esposa Anna Mae hipotecaron su casa.
Durante la Segunda Guerra Mundial, las “Vargas Girls”, denominación que se le dio a sus dibujos, fueron usadas por los altos mandos militares para motivar a sus soldados. La obra de Alberto Vargas se convirtió en todo un símbolo en los Estados Unidos, siendo merecedor de un reconocimiento otorgado por la prestigiosa revista “New Yorker”.
Las noticias de sus logros llegaron al Perú, dando lugar a que el presidente Manuel Pardo lo condecore en 1945 con la Orden del Sol en el grado de Caballero. En 1953 fue requerido por Hugh Hefner para publicar sus “Vargas Girls” en la revista Playboy. En los años 1956 y 1958 fue convocado para formar parte del jurado en el concurso de Miss Universo.
En 1958, retornó al Perú para la inauguración de dos exposiciones de sus obras, una en Lima y otra en Arequipa a donde llegó el 3 de octubre del mismo año junto a su esposa Anna Mae. Instalado, obsequió cuatro de sus obras, una fue sorteada en una rifa, otra fue premio en un concurso de pintura y las otras dos para ser exhibidas en la Pinacoteca del Museo Histórico Municipal de la plaza San Francisco.
Alberto Vargas y Chávez siempre se sintió orgulloso de sus orígenes y siempre es recordado por estas frases: “Me voy llevando el nombre de mi tierra como norte. Nací arequipeño, vivo como arequipeño y moriré arequipeño”, un fragmento de un discurso dado durante un homenaje en el salón consistorial de la municipalidad. Al día siguiente retornó a EE. UU.
En 1974 dejó de pintar, la muerte de su cónyuge Anna Mae, le causó una profunda depresión. Volvió de su retiro artístico el año de 1978 para elaborar la portada de los álbumes musicales de The Cars (1979) y Bernadette Peters (1981).
Alberto Vargas y Chávez falleció el 30 de diciembre de 1982 en el Riversade Convalescent Hospital de California, víctima de un derrame cerebral.
Hasta hoy es considerado el más prolífico dibujante de pin-ups, su exquisita técnica a base de acuarela y el aerógrafo, motivo por el cual hasta hoy en día el máximo galardón de la comunidad de pintores con aerógrafo es el Premio Vargas que es entregado anualmente por la revista Airbrush Action.
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