Escrito por: Annel Aguilar Zambrano
Moscú ha lanzado duras acusaciones contra uno de sus históricos aliados. Este jueves, el Servicio de Inteligencia Exterior de Rusia (SVR) denunció que Serbia, país que hasta ahora había mantenido una postura de neutralidad en la guerra de Ucrania, ha estado suministrando armamento de forma indirecta a Kiev. “La industria militar serbia intenta apuñalar a Rusia por la espalda”, declaró el SVR en un comunicado oficial.
Según los servicios de inteligencia rusos, Belgrado ha enviado “cientos de miles de proyectiles” para sistemas de lanzamiento múltiple de cohetes y obuses, así como “millones de balas” para armas pequeñas. Estas transferencias, aseguran, se realizaron mediante certificados de usuario final falsos y a través de países intermediarios, muchos de ellos miembros de la OTAN, como Polonia, República Checa y Bulgaria. Además, se identificaron rutas de triangulación a través de algunos países africanos.
Las principales empresas señaladas por Rusia incluyen a Yugoimport SDPR, Krusik, Zenitprom, Sofag, Sloboda, Reyer DTI y Prvi Partizan. Todas ellas habrían participado en lo que el SVR califica como una “transmisión de la muerte”. “Estos suministros no se pueden justificar con argumentos humanitarios. Su único propósito es matar y mutilar a soldados y civiles rusos”, subraya el comunicado, acusando también a Occidente de provocar la guerra para conseguir una “derrota estratégica” de Rusia.
El SVR lamentó que Serbia, pese a la historia de colaboración y apoyo entre ambos países, haya cedido a la presión o los intereses económicos. “El deseo de lucrarse con la sangre de sus hermanos pueblos eslavos les ha hecho olvidar quiénes son sus verdaderos amigos y enemigos”, denuncia el informe. Moscú recordó los momentos clave de apoyo mutuo, como la liberación de Serbia del Imperio Otomano, la ayuda durante las dos guerras mundiales y el respaldo en el conflicto de Kosovo.
Hasta ahora, Serbia había intentado mantener una posición ambigua entre Rusia y la Unión Europea. No ha impuesto sanciones a Moscú, pero ha buscado avanzar en su integración con Europa. La denuncia del SVR podría marcar un punto de quiebre en esa relación histórica. Por el momento, Belgrado no ha emitido una respuesta oficial a las acusaciones. La tensión crece, y con ella, la presión internacional sobre un país que se encuentra en el centro de un complejo ajedrez geopolítico.
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