El Servicio Integrado de Seguridad de Ecuador (El ECU 911), difundió el primer reporte oficial del paro nacional del 22 de septiembre, confirmando bloqueos en Imbabura y Pichincha. En la provincia norteña, las vías Otavalo–Cotacachi, Ibarra–Imbaya–Urcuquí y Otavalo–Quiroga quedaron interrumpidas por manifestantes.
En Pichincha, la Panamericana Norte sufrió cierres en la Bola de Guachalá, Santa María del Milán y Otón, mientras que la ruta Quito, Guayllabamba quedó parcialmente habilitada. En paralelo, la sede temporal del Ejecutivo en Latacunga fue completamente militarizada para evitar un eventual ingreso de protestantes.
El informe también registró afectaciones en Cotopaxi y Chimborazo, donde deslizamientos y hundimientos complicaron la circulación en tramos como Pujilí,La Maná y Riobamba,Cebadas, Macas. En la Costa y la Amazonía, la situación vial se agravó por derrumbes y socavones, sin relación directa con la protesta.
El trasfondo de la crisis es la decisión del presidente Daniel Noboa de eliminar el subsidio al diésel, elevando el precio del galón de USD 1.80 a USD 2.80. La medida, defendida como necesaria para corregir el déficit fiscal, reactivó recuerdos de las protestas masivas de 2019 y 2022, cuando los bloqueos carreteros fueron el epicentro de la presión social.
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