La ceremonia del Premio Nobel de la Paz 2025 se convirtió este miércoles en una enérgica condena internacional al régimen venezolano. El presidente del Comité Noruego del Nobel Jørgen Watne Frydnes, afirmó que una red de regímenes autoritarios —entre ellos Cuba, Rusia, Irán, China y Hezbollah— provee al gobierno de Nicolás Maduro de armas, tecnología de vigilancia y rutas económicas que fortalecen su capacidad represiva. “Hacen que el régimen sea más robusto y más brutal”, denunció.
Frydnes advirtió que estos gobiernos autocráticos “aprenden unos de otros”, compartiendo tácticas, propaganda y métodos de control social que profundizan la crisis humanitaria en Venezuela. En su discurso, calificó al Estado venezolano como “brutal y autoritario”, respaldándose en informes que documentan torturas sistemáticas, represión contra opositores y la detención de más de 200 menores tras las elecciones de 2024.
El presidente del Comité Nobel también criticó a parte de la comunidad internacional por sostener “viejas narrativas” que minimizan la naturaleza represiva del régimen. Señaló que interpretar la crisis venezolana como un simple conflicto geopolítico implica “una traición moral” para quienes sufren persecución, pobreza extrema y violaciones de derechos humanos bajo Maduro.
En un mensaje directo al mandatario venezolano, Frydnes instó a Maduro a “aceptar los resultados electorales y renunciar a su cargo”, como paso indispensable para una transición pacífica hacia la democracia. El llamado recibió un largo aplauso de los presentes, entre ellos los reyes Harald V y Sonia de Noruega; los presidentes Javier Milei (Argentina), José Raúl Mulino (Panamá) y Santiago Peña (Paraguay); y el líder opositor Edmundo González.
Debido a restricciones de salida, María Corina Machado no logró llegar a Oslo a tiempo para recibir el galardón y fue su hija, Ana Corina Sosa, quien subió al escenario en su nombre. Conmovida, anunció que podría reencontrarse con su madre “en solo unas horas” y que Machado planea regresar pronto a Venezuela para continuar su lucha política. El Nobel destacó que la líder opositora fue premiada por su “incansable labor en la promoción de los derechos democráticos” y por encabezar un movimiento que busca una transición justa hacia la democracia.
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