Aunque fueron menos de cinco segundos de experiencia, el joven venezolano Adrián Simancas contó su caso de ser tragado por una ballena y ser escupido.
“Me pregunté qué podía hacer, porque me comió y ya no podía luchar para evitar que me comiera. Tenía que pensar qué hacer después”, contó a las diferentes agencias de noticias del mundo.
Simancas explicó que navegaba en su kayak por el estrecho de Magallanes, en el sur de Chile.
Recuerda brevemente que sintió un golpe en su espalda que lo levantó por el aire. Cerró los ojos y cuando volvió a abrirlos estaba dentro del cuerpo de una ballena.
“Estuve en su boca un segundo. Después, dos segundos más intentando salir de ahí. Sentí un poco el miedo de si podría respirar porque no sabía qué tan profundo estaba, sentí que tardé mucho en subir. Luego fue como esta sensación de tener una segunda oportunidad. Porque efectivamente sobreviví a un momento que fue muy rápido, pero pensé que ya no lo contaba”, contó a la BBC.
Agregó: “Me di cuenta de que no me había comido, de que no era un depredador”, quien cree que la ballena pudo estar jugando.
También relata que dentro del cuerpo del mamífero logró ver un color azul oscuro y blanco. La textura de la ballena era babosa.
“Pasé un segundo, dándome cuenta de que estaba dentro de la boca de algo, que podría haber sido una orca o un monstruo marino. Pero luego, cuando empiezo a sentir que me estoy elevando hacia la superficie, fue cuando me escupió”, relató.
Su padre Dell Simancas (49), fue testigo de este hecho y lo grabó, temió por la vida de su hijo, pero pasó un segundo para volverlo a ver fuera de la ballena. La familia Simancas llegó a Chile hace 7 años, del estado de Amazonas, en Venezuela, con la idea de mejorar su calidad de vida.
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