Un nuevo intento de asesinato ocurrió contra el expresidente estadounidense Donald Trump, ese último caso sucedió dos meses después de sobrevivir al intento de magnicidio en un mitin en Pensilvania, en esta ocasión en su club de golf en West Palm Beach (Florida).
El candidato republicano, que se encontraba en ese momento jugando en el campo, ha salido ileso y ha sido puesto “a salvo” en un incidente que el FBI está investigando como un “intento de asesinato”.
El sospechoso ha sido detenido en las inmediaciones del campo de golf poco después gracias al aviso de un testigo, que avisó al Servicio Secreto. El individuo tenía un rifle AK47 con una mirilla con el que, presumiblemente, quería atacar al candidato republicano, y contaba también con dos mochilas y una cámara deportiva GoPro, según ha detallado en rueda de prensa el sheriff Rick Bradshaw.
Después de ser visto por el Servicio Secreto con un rifle junto a la valla del campo de golf, los agentes le dispararon y este salió corriendo de entre unos arbustos en los que se estaba escondiendo, hasta el vehículo en el que intentó huir, una camioneta negra cuya matrícula logró fotografiar un testigo. Gracias a esto, el individuo, cuya identidad todavía no se ha hecho pública, fue detenido unos minutos después en la carretera.