La Junta Militar de Birmania informó el sábado 29 de marzo de que al menos 1644 personas perdieron la vida, 3408 resultaron heridos y 139 están desaparecidos por el terremoto de magnitud 7.7 que el viernes sacudió el país, que vive un conflicto armado entre el Ejército y guerrillas rebeldes.
El Gobierno castrense, que detenta el poder desde el golpe de Estado de 2021, actualizó las cifras de la cadena de radio y televisión estatal (MRTV), subiendo la cifra de más de 1000 muertos que había comunicado horas antes.
La junta también indicó hoy a través de MRTV que más de 2600 edificios han colapsado, incluidas viviendas, colegios y pagodas del país de mayoría budista, después de un terremoto cuyo epicentro se situó entre las ciudades de Sagaing y Mandalay (a unos 17 kilómetros de ambas), según el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS).
Desde Mandalay, la segunda ciudad más grande del país con 1.5 millones de habitantes, un trabajador de un grupo de rescate local contó a EFE la dificultad de las tareas y ofreció detalles sobre el devastador impacto del temblor.
La junta golpista advirtió este sábado que la cifra de fallecidos puede aumentar, con el estado de emergencia declarado en seis regiones: Sagaing, Mandalay, Magway, Shan, Naipyidó (donde está la capital homónima) y Bago.
La región de Sagaing, donde tuvo lugar el epicentro, es uno de los feudos rebeldes más importantes, con guerrillas de minorías étnicas y las fuerzas populares de defensa (PDF, siglas en inglés), formadas sobre todo por jóvenes civiles tras la asonada, ganando territorio a los militares en los últimos años.
El conflicto, la semianarquía -la junta no controla gran parte del país-, los cortes en las telecomunicaciones -el Ejército es acusado de dejar sin conexiones a las zonas rebeldes- y los daños a la infraestructura causados por el sismo dificultan los rescates y la distribución de ayuda.
El Movimiento de Desobediencia Civil, surgido tras un golpe que puso fin a una década de transición democrática y abocó al país al ostracismo internacional, alertó del aislamiento de zonas rebeldes en su cuenta de X.
Según la ONU, alrededor de 3,5 millones de personas se encuentran desplazadas en Birmania, donde el Ejército no controla gran parte del territorio, con el país sumido en una espiral de crisis económica y conflicto desde la asonada, lo que empeora la situación.
La junta militar hizo el viernes una inusual petición de ayuda internacional tras declarar el estado de emergencia, con China, India y Rusia entre los primeros en poder entregarla. Informó que se movilizará a través de sus distintas agencias en Birmania 5 millones de dólares, mientras que la Unión Europea anunció 2.5 millones de euros en ayuda.
El relator de Naciones Unidas para Birmania, Tom Andrews, advirtió que el régimen del general Min Aung Hlaing -sobre quien pesa una petición de arresto por parte de la Corte Penal Internacional (CPI)- utiliza como “arma” la ayuda militar, y pidió a la comunidad internacional canalizarla a través de la oposición democrática y grupos rebeldes.
El Gobierno de Unidad Nacional (NUG, en sus siglas en inglés), formado tras el golpe y que se declara la autoridad legítima de Birmania en la semiclandestinidad, dijo el Ejército ha continuado los bombardeos en zonas rebeldes pese a la tragedia natural.