Uno de los cambios más grandes, después de la pandemia, fue el mayor uso de la virtualidad. Pese a las dificultades que podrían darse al momento de su uso, los nuevos artefactos podrían ser de utilidad para el desarrollo de la sociedad arequipeña.
Uno de los aspectos a corregir -según el sociólogo Mario Berrios Espezúa- es la irresponsabilidad con la que se han usado los nuevos artefactos. Por ejemplo, el especialista mencionó que durante la pandemia, era difícil controlar los aprendizajes de los estudiantes; dando como resultado que haya profesionales no aptos.
El sociólogo también admitió que existen avances tecnológicos y la población local no está exenta de su utilización. No obstante, indicó que la gran mayoría de las personas desconocen cómo usarlos; lo cual, no sería de gran ayuda para las personas.
Cabe señalar que, las tecnologías han avanzado a un grado en el que la población solo necesita del teléfono celular para realizar un trámite o un mensaje a una persona. Lo cual, se demuestra en la aparición de las historias clínicas virtuales y el uso de casillas virtuales para la notificación de trámites con entidades estatales.
Berrios Espezúa recomendó ser más rigurosos y didácticos en el uso de las nuevas tecnologías. Por ejemplo, asegurarse de que los estudiantes y los docentes se encuentren en lugares aptos para estudiar al momento de desarrollar sus labores virtuales para garantizar su aprendizaje.
INTERACCIÓN. Asimismo, Berrios Espezúa comentó que la interacción con las demás personas también ha cambiado por la existencia de aplicativos que facilitan la misma sin necesidad de tener una conversación presencial. El sociólogo destacó -por ejemplo- el uso de Tinder para buscar pareja.
Los nuevos aplicativos han logrado que las personas puedan interactuar sin la necesidad de salir de sus casas; lo cual, se evidenció en la pandemia.
.jpg)
.jpg)
.jpg)
