El que los padres envíen a sus hijos con habilidades diferentes a colegios básicos regulares es un paso para el camino a la inclusión y los docentes deben saber que están obligados a brindar una educación de calidad sin discriminación.
Romina Climaco tiene 14 años y nació con síndrome de Down. Cuando su madre Rosario Hualpa sacó el certificado de discapacidad le dijeron que Romina podía estudiar en un colegio normal, es decir, que debía compartir clases con niños que no tienen ninguna discapacidad física o mental. Sin embargo, los años le demostraron que su hija era relegada por los docentes porque sus cuadernos regresaban vacíos, por lo que se dispuso a dejar su trabajo y acompañarla en cada clase.
Así como Romina, según el último reporte del SIAGIE, hay 59 587 estudiantes con discapacidad en Educación Básica Regular (EBR), que son excluidos por la currícula escolar. En el peor de los casos estos no son aceptados por los colegios. En Arequipa solo 1850 estudian y no todos los niveles. (Ver cuadro de estadísticas)
La especialista de Educación Básica Especial de la Gerencia Regional de Educación de Arequipa (GREA), Maylen Concha, aseguró que durante el 2023, tres familias presentaron una queja a la GREA porque a sus hijos les negaron una vacante.
“Dijeron que los matricularon normal, pero cuando vieron a sus hijos con habilidades diferentes les dijeron que ya no había”, precisó.
Sin embargo, la Ley General de la Persona con Discapacidad N.º 29973, señala que todas las instituciones educativas deben reservar al menos dos vacantes en cada grado educativo.
APARTADOS. El que sean aceptados dentro de la institución es la primera barrera, la siguiente es la educación inclusiva. La funcionaria informó que la primera semana de julio se monitorearon 10 colegios de la región, donde se halló que los maestros no aplican las capacitaciones de los especialistas del Servicio de Apoyo y Asesoramiento a las Necesidades Educativas Especiales (Saanee).
Según la maestra de Saanee, Hortencia Chiaña, pese a que los docentes son capacitados para dar una enseñanza especializada, estos no lo hacen porque es más “sencillo” para su trabajo. “La educación inclusiva es lograr que los niños especiales (con alguna discapacidad) logren una autonomía personal que les permita alcanzar el mayor grado de independencia posible, pero muchos consideran que deben estar a la par de otros menores y no es así”, puntualizó.