Las buenas acciones de Iladio Simón Ruelas Huacasi siempre quedarán en la memoria de las personas que lo conocieron. Sin embargo, la gran nobleza de su corazón provocó su deceso. En una de sus campañas, donde entregaba canastas a los más vulnerables, se contagió de coronavirus. Iladio aún con el pulmón destrozado, sin poder respirar y con más ataques del virus, siempre se preocupó por su hermano y su familia que también tenían covid-19. Su hermano Mauro Ruelas fue testigo directo de cómo se apagó la vida de uno de sus seres queridos en tan solo 14 días.
Ambos hermanos se contagiaron en febrero del 2021. Mauro al inicio creyó que era un resfriado, pues los síntomas eran comunes: dolor de cabeza, ardor de garganta, entre otros. Sin embargo, algo que no era normal era la falta del gusto, es ahí donde decide hacer el descarte y le dan la mala noticia de que se había contagiado de covid-19.
Entre conversaciones con Iladio, también se entera que tenía el virus y no solo él, sino toda su familia. Mauro Ruelas se preocupó más y cumplió minuciosamente lo indicado por el doctor: mantener los días de cuarentena.
COMPLICACIONES. Mauro se recuperaba, en contraste, su hermano empeoraba. El día nueve fue decisivo para toda la familia Ruelas quienes miraban cómo el mayor de todos era llevado en una ambulancia rumbo a ser hospitalizado.
A Iladio se le bajó la saturación y tuvieron que conectarle oxígeno. Pese a eso, su sonrisa en el rostro no desapareció y sobre todo su empatía por conocer cómo estaban sus parientes.
Mauro Ruelas cuenta que él lo ayudó a subir a la ambulancia, mientras le daba fuerzas para que se recupere. Mauro confiaba en que tendría por algunos años más a su hermano.
Las restricciones en el nosocomio eran precisas: ningún familiar podía entrar. Mauro aún con el virus, le dolía no poder visitarlo, pero rezaba por la recuperación de su “papá”. No obstante, la vida le dio un golpe, pues a los cinco días se enteró que su compañero de niñez, pubertad, juventud y adultez, falleció.
“Fue doloroso, no había oxígeno para mi hermano, todo fue causante para su deceso. Lo velamos y enterramos”, cuenta Ruelas.
Mauro consideraba como su padre a su hermano mayor, el recuerdo de él orientando, ayudando, guiando a todos los integrantes de la familia Ruelas, siempre perdurará.
“Siempre nos decía que la vida continúa y para creérmela lo repetía constantemente. Me dolió su partida, él siempre estaba para nosotros”, recuerda Ruelas.
Después de despedir a su “papá”, Mauro se recuperó, pero aún tenía algunas secuelas, no obstante nada se comparaba con la huella de la pérdida de su hermano mayor.
Su cuerpo aún no respondía como antes, se agitaba más rápido, le dolía la cabeza, no conciliaba el sueño, entre más incomodidades. Mauro sabía que nada sería igual después de la covid-19.