La familia Paye fue destruida por delincuentes que perjudicaron el sueño de la banda de música chicha que brillaba en Arequipa y el sur, al asesinar al hermano René Miguel con una bala que le cayó en el cráneo y todavía no encuentran justicia.
La herencia musical de la familia Paye continúa pese al dolor moral de la muerte de Miguel: “Mi hermano no está, pero como decía mi padre, el show debe continuar”, dijo entre lágrimas Walter, quien continúa con el legado de la música y pide justicia por la muerte de Miguel, artista de la música sureña.
DE LUTO. La música tropical sureña está de luto, el 13 de junio René Miguel Paye Llaza (52) partió al más allá, víctima de la delincuencia, deja un vacío en el ámbito musical. Desde muy niño (10 años) tocaba el bajo, instrumento musical que, según Walter Paye, su hermano escogió como una premonición y que además lo acompañó durante todo su trayectoria artística.
El 2000, Miguel y sus tres hermanos: Rubén (Piano), Walter (Guitarra) y Julio César (Timbales), nacidos en Arequipa, iniciaron el proyecto musical Grupo G, animados siempre por su padre René Paye que era un multifacético. Viajaron y llevaron los sonidos de la música para deleitar los oídos de todos los amantes de la música chicha en el sur, centros y norte del Perú, Chile y Argentina. Los Paye, un clan familiar de artistas, son 11 hermanos dedicados a la música.
INICIO. Previo al Grupo G, el patriarca René Paye, inició como primer proyecto musical Los Espías, integrados por jóvenes de 16 a 19 años. En 1992 y 1995, llevados por la curiosidad de instrumentos musicales que estaban en casa, los cuatro hermanos empezaron a ensamblar las primeras notas musicales, con el proyecto Karibe Show, con una fusión de la tecnocumbia, con sus primeros éxitos musicales “Enamorada” y “Arequipeñas”. Luego dio luz en los escenarios al Grupo G, Walter Paye, recuerdo que el nombre, fue las iniciales coincidentes de los grupos musicales más sonados en aquel tiempo, como Génesis, Los Gentiles y Los Geniales. Uno de los temas musicales más sonados es “El cuerpo de sirena” con autoría de Fernando Arpi.