Paucarpata. Los vecinos de la asociación El Cebollar, ubicada en el distrito de Paucarpata, han sabido superar las adversidades y nunca se rindieron.
Quizá una de las batallas más largas, tediosas y donde incluso pensaron por varias oportunidades que no habría una salida, fue lidiar con el botadero clandestino que habilitaron de manera irregular en la zona posterior de la asociación, casi al borde de una quebrada.
Los lugareños aún recuerdan cómo circulaban decenas de unidades vehiculares, principalmente camiones compactadores de municipalidades vecinas, y por supuesto, lideraba la comuna de Paucarpata que dejaba ahí toneladas de residuos del distrito.
Los montículos de basura generaban pestilentes olores, las moscas abundaban y ni qué decir de los perros callejeros y roedores. Quienes también estaban en el botadero eran los recicladores, incluso tenían sus zonas y horarios para buscar en medio de la basura todo lo que podían vender como plástico, cartones, latas, entre otros. En algunas ocasiones se generaba humareda porque había pequeños incendios, pero nada asustaba a los recicladores.
El Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA) recién desde el año 2011 estuvo supervisando el vertedero porque en el lugar existía un grave daño ambiental en el suelo y subsuelo, además que se atentaba contra la salud pública.
Luego de tantas inspecciones y exhortaciones del Ministerio Público, recién en diciembre del 2018 el municipio de Paucarpata dio a conocer que dejaría de usar el lugar para llevar los desechos, pero esto solo se hizo de manera parcial, puesto que la OEFA en noviembre del año pasado, mediante una supervisión, evidenció la presencia de montículos de basura que eran recientes.
UN NUEVO AMANECER. Este año la pesadilla se terminó para los vecinos de El Cebollar y por fin dejaron de ser una zona donde reinaba la contaminación ambiental. Hoy en día, el descampado donde solía haber montículos de basura, luce despejado, aunque debajo de esa planicie, hay rezagos de lo que un día fue un muladar, ya se comienza a respirar aire limpio.
El presidente de esta asociación, Álvaro Cari Choquecota, mencionó que se han mantenido vigilantes y han sido bastante exigentes con los funcionarios de la comuna de Paucarpata, por ello al fin tuvieron resultados positivos. “Nuestra lucha ha sido constante para que se cierre el botadero. Eran dos, el antiguo que fue culpa del municipio provincial y municipios aledaños que han quedado botado y no se ha remediado. El otro lo comenzó a usar el municipio de Paucarpata en el año 2017 y se clausuró definitivamente el 26 de diciembre del año pasado”, mencionó.
Los riesgos que vuelvan a acumularse los residuos son constantes, es por ello que la comuna distrital ha dispuesto la colocación de carteles e instalación de una caseta de control permanente en el lugar. “Estamos viendo que el área degradada no siga siendo afectada, por eso se colocaron tranqueras y habrá un vigilante las 24 horas. A la par estamos en coordinaciones con Cerro Verde para presentar un plan de forestación y gestionar la donación de 30 mil plantones de árboles para recuperar esta zona”, informó el gerente de servicios comunales de la comuna, Jimmy Ojeda.
También mencionó que la anterior gestión fue multada por la OEFA con 20 UIT por no seguir las recomendaciones y exigencias que había determinado, esta infracción será pagada por la actual gestión.
PROBLEMAS. A pesar que a base de faenas lograron tener agua cada dos días y luz colectiva, uno de sus principales limitantes para despegar es el saneamiento físico legal. “Sin el saneamiento no podemos acceder a los servicios básicos y para solucionar este problema se debe agilizar y aprobar el Plan de Desarrollo Metropolítano (PDM). A muchos pueblos nos han catalogado como zona de riesgo, lo cual no se ajusta a la realidad, como nosotros que estamos en una zona plana y no hay ningún riesgo”, explicó el dirigente al recordar que el alcalde provincial Víctor Hugo Rivera, se ha comprometido que en seis meses, vale decir, agosto/setiembre, debe estar aprobado, por ello estarán atentos.
El transporte público es otro inconveniente porque ningún bus ingresa a la asociación, por ello esperan que se declare el tránsito libre. “Hicimos el pedido formal al SIT y nos respondieron que no tienen unidades suficientes para abastecer todas las rutas”, afirmó.
Las tareas para los dirigentes son variadas, pero ellos se han puesto como reto principal lograr la luz definitiva para la zona A y para su aniversario, en octubre, tener el saneamiento físico legal.