La familia de Favio Ajahuana Lozano (34) busca justicia y están convencidos de que el joven dirigente fue asesinado y no tuvo una muerte natural. Afirman estar decepcionados de la Policía y la Fiscalía.
Fueron 18 días de angustia, desde el 23 de febrero, que Favio salió de su casa hacia la asociación de Vivienda Taller de Yura, camino a supervisar los trabajos de una losa deportiva. Eran la 10 horas y perdió comunicación a las 11 horas de aquel viernes.
LABOR. “Yo soy pasajero”, decía Favio Ajahuana Lozano (34), cuando con mucho esfuerzo junto a sus vecinos logró colocar una pileta de agua en la asociación de Vivienda Taller Yura, porque era el presidente de este pueblo joven desde el 2022 y este año terminaría su gestión.
Sin embargo, el 21 de enero tuvo una asamblea con sus vecinos, en el transcurrir recibió amenazas de exdirigentes. El joven cuestionó presuntos actos de corrupción de un exdirectivo que se apropio de terrenos aportes para el Estado. Destinados para áreas verdes, hospitales y comisarías.
Testigos afirmaron que hasta trataron de agredirlo, el joven no se dejó amilanar.
INEFICACIA. Apenas desapareció el joven dirigente, la familia hizo la denuncia en la comisaría de Ciudad Municipal, los oficiales pidieron esperar 24 horas, pero la familia temía lo peor. Luego de mucha insistencia la Policía atendió la denuncia de desaparición. También hicieron la denuncia por secuestro en la comisaría de Ciudad de Dios, hasta que fue derivado al área de Desaparecidos de la División de Investigación Criminal (Divincri). Aquí demoraron la búsqueda y los parientes, el 26 de febrero hicieron una plantón. Sin embargo, aquella vez la Policía no tenía idea de que el acta de desaparición fue derivado a la Divincri.
Los familiares por sus propios medios conseguieron imágenes de cámaras de seguridad y vieron a Favio que tomó otra ruta y no el camino habitual. Solicitaron las cámaras del paradero de “Llamagas” de la empresa del mismo nombre y del empresa El Bosque, pero requerían autorización de la Policía.
Suplicaron a los detectives policiales buscar esas imágenes para tener pruebas y así recién reaccionen. Además, 100 vecinos buscaron a Favio y no logrando hallarlo.
El 11 de marzo, el cuerpo de Favio estuvo en una quebrada, en la asoc. Las Lomas de Yura, en estado de descomposición. Según la necropsia, murió por asfixia mecánica, ahora la familia debe esperar desde el 13 de marzo, 15 días para conocer si asesinaron o no al dirigente, para ello los policías enviaron pequeños fragmentos de células del cadáver hacia laboratorios de Lima.
El padre de Favio Ajahuana inculcó en su hijo la honestidad, ese valor el estudiante de Derecho siempre lo tuvo presente cuando dirigía la asociación de vivienda. Lo mínimo que merece es que su misteriosa muerte tenga respuestas claras.