Uno de los problemas que afecta a los peruanos es el pésimo sistema de salud, que hasta la fecha ningún gobierno soluciona. Desde que asumió Dina Boluarte se tuvo dos cambios en el Ministerio de Salud (Minsa), pero ninguno de ellos logró cumplir las promesas ni expectativas de la población.
La primera en asumir fue Rosa Gutiérrez, quien destacó más por sus polémicas declaraciones y su falta de respuesta ante el dengue. Ella llegó a varias regiones haciendo los anuncios de destrabe de obras de salud; sin embargo, esto no se hizo realidad.
Un ejemplo se tuvo en su visita a nuestra ciudad cuando prometió que para el 2023 el proyecto del nuevo hospital Goyeneche estaría viabilizado, pero hasta la fecha no se tiene ni el terreno.
Mientras tanto, los arequipeños tienen que dormir en los pisos del nosocomio esperando una cita o atención.
Por su falta de respuesta a las urgencias en salud, el Congreso presentó una moción de censura contra Gutiérrez. Ella, al llegar al Parlamento para responder a las preguntas de los ‘padres de la patria’, decidió dar un paso al costado.
En su lugar, asumió César Vásquez, quien en su primer discurso indicó que priorizaría su trabajo en la mejora de la atención en el primer nivel, reduciría la anemia y planteó un shock de inversiones en infraestructura (ver cuadros).
Vásquez también aseguró reducir la brecha de los profesionales en salud y permitir que un médico trabaje en dos lugares a la vez, esto aún no se concreta al igual que otros anuncios.
El actual ministro también fue cuestionado por presuntos gastos excesivos en su sector en comida. A esto se suma el aumento de los casos de covid-19 en el país y que Vásquez no haya dado a conocer a la población que acudía a inocularse, que las vacunas estaban vencidas. Esto generó desconfianza en los ciudadanos, por ocultar información.
Por otro lado, las colas por atención médica continúan. En el caso de Arequipa, el 2023 se observaba como pobladores dormían en los exteriores de los hospitales, ahora como para camuflar el problema, pernoctan en los interiores. Las obras de hospitales siguen trabadas y la atención en el primer nivel es pésima.
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