Perú reafirma su posición como el mayor productor mundial de fibra de alpaca y vicuña, respaldado por una población de más de 4.5 millones de camélidos, entre llamas, alpacas, vicuñas y guanacos. Esta producción representa una fuente vital de sustento para más de 90 000 familias, principalmente en zonas altoandinas.
Así lo resaltó el gobernador regional de Cusco, Werner Salcedo, después del Festival Internacional de Camélidos 2024, realizado del 1 al 4 de agosto en la región. El evento reunió a destacados productores de camélidos de diversas partes del país y de Sudamérica, promoviendo el intercambio de conocimientos y fortaleciendo la cadena productiva.
El festival se llevó a cabo en el marco del Año Internacional de los Camélidos, declarado por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), con el objetivo de impulsar la industria de la fibra de alpaca y promover su conservación. Además, el evento busca revalorar la labor de los productores en todas las etapas de la cadena productiva, desde la crianza y esquila hasta la clasificación y transformación de la fibra en productos de alto valor.
“El festival sirvió como plataforma para fomentar la comercialización directa entre productores y consumidores, a la vez que promueve la conservación de nuestras valiosas especies. Ratificamos nuestro compromiso con el desarrollo sostenible y la valorización de los recursos naturales”, señaló Salcedo.
El evento también permitió fortalecer las capacidades competitivas de la cadena productiva de alpacas en la región Cusco, beneficiando directamente a más de 8100 familias en 48 distritos y 218 comunidades campesinas.
Entre las actividades más destacadas del festival se encontraron los concursos de alpacas de las razas huacaya y suri, evaluadas con tecnología OFDA 2000, que permite medir en tiempo real la calidad de la fibra. También hubo exhibiciones de artesanías, ventas de tejidos de alpaca, ruedas de negocio entre artesanos y empresarios, y desfiles de moda con prendas confeccionadas en fibra de alpaca.
El festival cerró con remates de alpacas vivas, mostrando la riqueza de una actividad que sigue siendo un pilar para la economía y cultura de las comunidades altoandinas.