La pobreza en Latinoamérica descendió al 27,3 % en 2023, la menor tasa registrada desde 1990, que equivale a 172 millones de personas, según reveló la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
La pobreza extrema también disminuyó y alcanzó un 10.6 %, lo que corresponde a 66 millones de personas, cifra un 0.5 % inferior a la registrada durante el año anterior.
De acuerdo con las reducidas expectativas de crecimiento del PIB para este año (1.7 % en América Latina), se puede esperar que en 2024 la pobreza disminuya levemente, 0.5 puntos porcentuales, mientras que la pobreza extrema se mantendría sin cambios significativos.
“La perspectiva no es muy halagüeña”, señaló el secretario ejecutivo de la Cepal, José Manuel Salazar-Xirinachs, quien instó a fortalecer los programas de protección social.
La disminución regional de la pobreza en 2023, que se debe principalmente a la evolución positiva de Brasil, pero a la que también han contribuido Paraguay, República Dominicana, El Salvador o Colombia, responde al aumento de los ingresos provenientes del trabajo asalariado, según la Cepal.
Las transferencias públicas, que incluyen programas de protección social no contributiva (aquellos destinados a personas que no han realizado aportes suficientes a sistemas como el de pensiones o a la seguridad social durante su vida laboral), también tuvieron importantes efectos sobre la pobreza.
“Los sistemas de pensiones no contributivos han sido uno de los principales hitos del desarrollo de los sistemas de protección social de este sigo”, aseguró el director de Desarrollo Social de la Cepal, Alberto Arenas.
“Para avanzar en la erradicación de la pobreza en la región a más tardar en 2030, debe considerarse un estándar mínimo de recursos financieros de entre el 1.5 % y el 2.5 % del PIB, o de entre el 5 % y el 10 % del gasto público total destinado al financiamiento de la protección social no contributiva en el ámbito de los Ministerios de Desarrollo Social o instituciones equivalentes”, advierte el reporte.