La marcha bolivariana dejó una de sus postales más emotivas cuando Mary Luz Andía y Henry Campos, flamantes medallistas de plata en la media maratón femenina y masculina, celebraron sus logros abrazados a su pequeña hija Emma Luciana. Sobre el asfalto de la Costa Verde, la familia posó con las preseas y los peluches del pastor chiribaya, la mascota oficial del certamen, simbolizando no solo éxito deportivo, sino también una historia de perseverancia y unión que nació en las aulas del colegio Pedro Ruiz Gallo del Cusco.
Para ambos atletas, su hija se ha convertido en la mayor inspiración. Campos lo dejó claro en 2023, cuando afirmó que su energía y motivación llevan nombre propio: Emma. Por su parte, Andía volvió a demostrar que la maternidad no es freno para el alto rendimiento, pese a los cuestionamientos iniciales que enfrentó. “Sí se puede”, había declarado en 2024, orgullosa de equilibrar deporte de élite y crianza, y nuevamente lo ratificó con su actuación en los Bolivarianos.
Más allá de la celebración familiar, el resultado reafirma el buen nivel de ambos marchistas, quienes ahora centran su preparación en los próximos grandes objetivos del ciclo olímpico: el Mundial de Atletismo de Pekín 2027 y los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028. Su proyección deportiva sigue creciendo, con la convicción de que no han alcanzado todavía su máximo rendimiento.
Sin embargo, Mary Luz Andía también aprovechó la visibilidad del triunfo para denunciar una situación que arrastra desde hace cinco años. Señaló que el Comité Olímpico Peruano continúa exigiéndole la devolución del dinero destinado a los pasajes para los Juegos Olímpicos de Tokio, pese a que —según relató— el propio COP gestionó y recibió los fondos sin entregar ningún comprobante. “No nos dio ningún voucher, ¿cómo voy a rendir cuentas?”, cuestionó ante la prensa.
La marchista sostuvo que el IPD le pide justificar gastos que ella no realizó y aseguró que su preparación en los últimos años se sostuvo principalmente por el apoyo privado, destacando a Yape y ASICS como instituciones clave para mantenerse en competencia. “Gracias a ellos estoy logrando mis objetivos”, expresó, dejando entrever las dificultades estructurales que viven los deportistas de alto rendimiento en el Perú.
Con medallas al cuello y una denuncia sobre la mesa, Mary Luz Andía y Henry Campos combinan alegría familiar con un firme llamado de atención al sistema deportivo nacional, recordando que detrás de cada logro continental hay sacrificio, talento y, muchas veces, un apoyo institucional insuficiente.