Desde los 25 años de edad y en cada corso del carnaval loncco caymeño, Antonio Riveros se disfraza de mojigango y este año 2023 no iba a ser la excepción. A él le agrada este personaje, asegura que “disfrazarse, para que la gente no me reconozca, me permite volver a ser un niño y divertirme”. Y así divirtiéndose lo vimos ayer en la calle Miguel Grau, en el distrito de Cayma, desde esa zona bajaban las comparsas y otros mojigangos con máscaras llamativas, brincando, bailando y se mofaban de los asistentes, “el personaje es un payaso que siempre baila en los carnavales”, explica Rivera muy alegre.
Tres años pasaron, para que el tradicional pasacalle de carnavales vuelva a ser festejado en Cayma. Los arequipeños añoraban el pasacalle que volvió a darse lleno de comparsas al son de “Apucllay”, entonando coplas, dedicadas a la coyuntura política, llenas de picardía.
Los asistentes bailaron por las avenidas principales del distrito caymeño hasta el estadio Acequia Alta. Los baldazos de agua, confeti y polvos de colores con espuma brotaron apenas inició el corso y todos se divirtieron.
Sumergidos en la celebración, no había nadie que no le cayera polvo en el rostro. Los vecinos subían a sus azoteas para lanzar baldazo con agua, que sofocaba el calor que el 19 de febrero se sintió.
La fiesta fue un respiro de diversión. Los más pequeños aprovecharon para jugar con sus amigos, los jóvenes empaparon de agua a las señoritas, el festejo brindó alegría a cada persona.
Además, algunos adultos mayores gozaron observando el corso muy alegre de que otra vez en este 2023 se celebre la tradicional fiesta que tiene más de 100 años de antigüedad. Esperan que el próximo año sea más colorido y que el municipio coloque sombrillas para cuidarse del sol.