Cultura

“Estamos viviendo una distopía”

Nuestro colaborador participó en un importante congreso internacional de Ciencia Ficción

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DIARIO VIRAL

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En mi participación en el panel del segmento virtual de Asociación de Literatura de Ciencia Ficción y Fantástica Chilena (Alciffcon 2024), transmitido el 16 de diciembre, tuve la oportunidad de presentar junto a destacados escritores y pensadores como Max Ampuero, Arturo Sierra y Tanya Tynjälä, bajo la atenta moderación de JP Cifuentes Palma y Leonardo Espinoza Benavides, una propuesta en ese momento desarrollada sobre las nuevas configuraciones distópicas que emergen de nuestra realidad tecnológica.

La conversación, que comenzó analizando la aparente paradoja entre distopía y utopía, me permitió exponer en una parte de las preguntas, cuatro categorías de distopías tecnológicas que desarrollo actualmente en mi trabajo, respaldadas por datos concretos y fenómenos sociales verificables

DISTOPÍA ALGORÍTMICA. Se materializa en fenómenos como el movimiento Doomer, surgido en foros de internet, que representa la primera subcultura completamente digital nacida de algoritmos de recomendación. Los sistemas de moderación automatizada de contenido en plataformas como Tik Tok y YouTube ya implementan formas primitivas de control social basado en datos, clasificando y limitando el alcance de contenidos sin supervisión humana.

DISTOPÍA POSTHUMANA. Tiene su manifestación más concreta en el proyecto Neuralink de Elon Musk, que en 2024 ya ha realizado implantes cerebrales en humanos. Meta (antes Facebook) ha invertido más de 10 mil millones de dólares anuales en tecnologías de realidad virtual que buscan trasladar la interacción humana a entornos digitales. Los avances en CRISPR-Cas9 permiten ya modificaciones genéticas precisas, abriendo la puerta a una humanidad genéticamente estratificada.

DISTOPÍAS CLIMÁTICAS. Se fundamenta en datos del Banco Mundial que proyectan que para 2025, dos tercios de la población mundial enfrentarán escasez de agua. Piura se presenta como el primer caso de guerra concreta por el recurso hídrico que amenaza a estar sin lluvias que alivien los cultivos y una empresa que no cede en sus beneficios sobre el recurso. 

DISTOPÍA TECNOCRÁTICA. Encuentra eco literario en “Los Sorias” de Alberto Laiseca (1998), se refleja en el creciente poder de empresas tecnológicas. Amazon controla el 33 % de la infraestructura de internet global a través de AWS. Google y Meta poseen los cables submarinos que transportan el 98 % del tráfico de internet intercontinental, según datos de TeleGeography.

Estas categorías convergen en ejemplos como el sistema de crédito social chino, que combina vigilancia algorítmica, control tecnocrático y segregación social. La crisis hídrica en Chile demuestra cómo la escasez de recursos naturales puede llevar a la privatización y control tecnificado del acceso a necesidades básicas.

La relevancia de estas distopías radica en tendencias medibles y documentadas que están transformando la sociedad global. El análisis de estas categorías revela que la distopía ya no es un género especulativo sino una herramienta de diagnóstico social. Las narrativas distópicas actuales no predicen el futuro: documentan el presente. Pueden encontrar el video completo en el canal de Youtube: Transmisiones Alciffianas
 

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