El 13 de febrero de 1892 nació en el tradicional barrio de San Lázaro, el más grande compositor de música popular arequipeña: Benigno Ballón Farfán.
Su padre fue Manuel Roberto Ballón Flores, socio fundador del FBC Melgar, era peluquero, pero además tocaba espléndidamente la guitarra; su madre Francisca Farfán era una muy buena intérprete de canciones, ambos le transmitieron al pequeño Benigno sus conocimientos musicales.
MÚSICO. Desde muy temprana edad ya tocaba la armónica en reuniones sociales, después la guitarra, flauta, violín, violonchelo, así como también su xilófono que él mismo fabricó con botellas.
Junto a sus hermanas Aurora y Rosa, dio vida al trío “Arequipa”.
A los 15 años de edad trabajó como intérprete de la música de fondo de las películas mudas que se proyectaban en el desaparecido teatro Olimpo.
El 1 de mayo de 1910 tuvo lugar su primera actuación pública en una reunión organizada por el Centro Social Obrero por el Día Internacional del Trabajo. Ese mismo año viajó a La Paz, Bolivia, desempeñándose como profesor de piano.
Estando en Bolivia lo invadió la nostalgia y es así que un domingo lluvioso de marzo de 1912 en un hotel de la calle Ingabi 390 compuso su mayor éxito el vals “Melgar”. La primera intención de Ballón Farfán fue llamar a su nueva creación “Recuerdos de mi tierra”.
Las dos primeras estrofas de este hermoso tema musical, le pertenecen a su gran amigo, el poeta Percy Gibson Moller.
La primera vez que el maestro Ballón Farfán interpretó públicamente su composición fue en el
Club Arequipa ante la presencia de los reconocidos intelectuales Abraham Valdelomar y Alberto Seguín Escobedo. Dejó tan cautivado al público que tuvo que repetir la canción cuatro veces.
Benigno Ballón Farfán no solo nos dejó hermosas melodías de su inspiración, sino que también por la década de 1930 comenzó a recopilar canciones antiguas y populares de nuestra tierra, pasándolas al pentagrama; gracias a él es -hoy- tenemos registro de yaravíes como “Amor infame”, “Delirio”, “Ruegos”, “Dueño inhumano” o marineras como “La traidora” y “Natividad del alma”.
Todas estas recopilaciones y arreglos los publicó en Lima en 1940 bajo el cancionero llamado “Cantares arequipeños, álbum de yaravíes, marineras y pampeñas”.
Ese mismo año viajó a Bolivia y Chile realizando grabaciones con la sinfónica de Santiago. Fue el director de la orquesta más importante y solicitada de esa época, la orquesta “Ballón”.
No solo era contratado para animar fiestas patronales y cumpleaños, sino también para interpretar marchas fúnebres en entierros, sobre todo en Paucarpata, Sabandía, Socabaya y Characato.
Ejerció la docencia en el Instituto Experimental n.° 5 que funcionaba en la calle Palacio Viejo, también en los colegios San Francisco de Asis, Independencia Americana, la Gran Unidad Escolar Mariano Melgar, colegio Militar, Nuestra Señora de la Asunción, Nuestra Señora de Fátima y el Rosario.
Ballón Farfán fue un bohemio que le gustaba concurrir a las picanterías, sobre todo a “La Josefa”, en el barrio de la Antiquilla, después de degustar picantes y su chicha tocaba la guitarra e interpretaba sus creaciones.
Fue un músico muy completo, compuso música en diversos géneros como valses, pampeñas, marineras, marchas, zarzuelas, canciones escolares, pasacalles, fox incaicos, carnavales, canciones religiosas y fúnebres. Interminable sería mencionar toda su obra musical, pero mencionaremos algunas de sus creaciones como “Silvia”, “Arrullo”, “Clemencia”, “Sufriendo estoy”, “La Benita”, “Carnaval de Arequipa”, “La traidora”, El carnaval obrero”, “Mi canto a Arequipa”, “Cusicuy”, entre otras.
SU RECUERDO. En 1950 su salud se resquebrejó producto de la diabetes que padecía, falleciendo el 13 de julio de 1957 a las 3 de la mañana en su casa de la calle Siglo XX n.° 233. Su funeral congregó a gran multitud, empezó en las primeras horas de la mañana y culminó entrada la noche.
El 23 de julio del 2018 mediante Resolución Viceministerial n.º 111-2018-VMPCIC-MC el Ministerio de Cultura declaró el trabajo musical de Benigno Ballón Farfán como Patrimonio Cultural de la Nación en la categoría: “Obra de Gran Maestro”.