Cuenta Ernesto Apomayta Chambi que desde pequeño, en un poblado de Puno, tuvo claro que su vocación era la pintura. Recuerda también que tenía curiosidad por conocer otras tradiciones.
Así, cuando joven, estudió italiano para viajar a la patria de Miguel Ángel y Da Vinci, pero no consiguió beca para ello, pero, curiosamente, el saber quechua y aimara por sus raíces puneñas, más el español y su recientemente adquirido dominio del idioma de Dante fue la llave para que consiguiera otra en las antípodas: China.
EN LA RUTA. “Me sorprendieron las similitudes, pero también me gustó aprender otras técnicas”, cuenta al Diario Oficial El Peruano este artista que ha trabajado, relata, en cuatro continentes.
En 1984 emigró a China, donde aprendió el idioma –conocer otras lenguas es una de sus grandes pasiones, junto con la pintura–, la caligrafía y las técnicas del lugar.
Luego volvería al Perú por una temporada, pero recibió una oferta de México para aprender muralismo mientras enseñaba lo aprendido en Asia.
Más tarde, iría a Estados Unidos y otros destinos.
“Un chifa de tradiciones”, bromea sobre las distintas influencias que ha tenido durante su vida profesional.
Sin embargo, su motivación siempre fueron los Andes, el lago Titicaca y los sitios monumentales prehispánicos, como Machu Picchu, y temas así.
Hace algunos años volvió al Perú para enseñar sus conocimientos en Cusco, mas al llegar a los 65 años tuvo que jubilarse.
No obstante, mantiene su afán de compartir lo que sabe. De forma voluntaria, él ha organizado a grupos de menores para enseñarles a pintar.
“Yo he aprendido en cada lugar donde he estado; por ejemplo, cómo con productos naturales evitar que se pierda el color de los murales”.
El artista plástico relató que tiene varios proyectos. Uno de ellos, que espera le aprueben, es un conjunto de murales en una gran infraestructura que se hará en la Ciudad Imperial.
DATO. 5 idiomas habla de manera fluida, entre ellos el quechua y el aimara.