En el Día del Pollo a la Brasa, conoceremos la historia del Pio Pio, fundado el 21 de diciembre de 1968, se convirtió en la primera pollería en ofrecer el delicioso potaje en la calle Santo Domingo. Desde ese momento, acompañó a varias generaciones de familias y amigos con el exquisito sabor de uno de los platos bandera del Perú.
El fundador de este restaurante fue Jorge Salas Rendón, fue una de las primeras personas en capturar el sabor del plato y dárselo a los arequipeños al crear su propia receta que la guardó con recelo.
Pese a que falleció en 2022, el legado y los secretos culinarios de don Jorge es guardado por su heredero, Jorge Salas Castro.
“Mi padre almacenaba celosamente la receta para que el plato se diferencie del resto”, con-
tó.
HISTORIA. Desde una edad muy temprana, Jorge Salas Rendón se emancipó de sus padres. Cuando salió de su hogar tenía 18 años, empezó a dedicarse a vender productos en bodega y -posteriormente- la crianza de pollos.
En un viaje a Lima en 1964, Salas Rendón degustó el sabor del pollo a la brasa creado una década antes. En ese instante decidió hacer su propia receta. Su hijo destacó que ese año Arequipa solo tenía cuatro pollerías.
Don Jorge, visionario de su posterior éxito, comenzó a escoger los ingredientes y luego compró el inmueble de la calle Santo Domingo 210. Ese lugar fue decisivo para abrir su pollería gracias al consejo de su padre quien tenía en la misma cuadra una sastrería.
El asesor de Pio Pio, Jorge Salas Castro, cuenta que durante los primeros días vendían 20 pollos y contaban con siete trabajadores. Si bien, experimentaban un incremento de clientela durante las fiestas navideñas; aún no superaban los niveles que se dieron
en años venideros.
Durante los primeros años, el Pio Pio criaba también los pollos que después eran servidos en las mesas. Estos eran llevados a una granja avícola cercana a la fábrica de Kola Escocesa (que en ese tiempo se ubicaba en el kilómetro 26 de la carretera Arequipa-Yura).
Salas Castro cuenta que estas prácticas dejaron de ser viables en los años 90 por el surgi-
miento de empresas dedicadas a la industria avícola, como Rico Pollo. Al día de hoy, el res-
taurante se abastece de estas compañías. Sin embargo, nunca cambio el inigualable sabor del ajo, cebolla y otros ingredientes secretos de la familia Salas.
DOS LOCALES. Con el objetivo de descentralizar el negocio, Salas Castro explica que abrieron un nuevo local del Pio Pio en avenida Víctor Andrés Belaunde 300. Si bien, tiene un ambiente más moderno, este restaurante cuenta con más espacio para la clientela.
En este nuevo local tienen 15 trabajadores que -sumando los colaboradores en el inmueble más tradicional- suman 45.
El heredero del Pío Pío destacó que esperan abrir más locales para la población que tiene dificultades para ir hasta el centro de la ciudad.
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