Escribe: Noelia Zelada Yauri
Erika Razzetto Martínez es directora de la I.E.P. Talent School. La maestra lleva 12 años enseñando bioquímica y se le conoce por ser muy sociable y ser la fan número uno del FBC Melgar, no existe partido al que no vaya sea en Arequipa o el mundo. Además, de enseñar a estudiantes de secundaria, es mamá de tres hijos. En los últimos seis años se enfocó en la gestión educativa y en el 2013 se convirtió en directora del colegio. Erika Razzetto es pura inspiración para su comunidad en la institución que dirige.
RETOS PARA LOS DOCENTES. La docente nos cuenta que percibe que hay padres de ‘algodón‘ que están formando una generación de cristal, este cambio generacional representa un reto para los maestros en las aulas que quieren darles un mejor futuro a los escolares a través de sus eseñanzas, pero la sobreprotección de los padres sobre sus hijos dificulta este proceso.
“Ningún colegio tiene el deseo de perjudicar a sus estudiantes, cualquier intervención, recomendación, acción reflexiva o reparadora que nosotros hacemos con nuestros estudiantes es con la intención de que ellos cambien una actitud que probablemente les traerá problemas en el futuro. Y cuando queremos intervenir esperamos que las familias nos respalden, pero sentimos una resistencia de los padres y no podemos actuar”, reflexiona.
Le preocupa que en la actualidad el docente es muy cuestionado. Siente que es un reto hacerle entender al padre que ellos son aliados en la educación de sus hijos que inculcan valores para que no sufran con los retos que trae la vida.
“Profesores, tenemos que basarnos en recordar nuestra vocación en la educación. No tengamos temor, trabajemos a favor del educando, ellos nos necesitan mucho más”, indicó.
SE VISIONÓ COMO MAESTRA. Erika Razzetto es la primera profesora de su familia, su mamá es asistente social y su papá es militar en retiro. Además, recuerda con cariño a sus profesores especialmente de secundaria, por su forma de como trataban a sus compañeras y por cómo desarrollaban sus clases. Su inclinación por esta profesión surgió por ese ejemplo cuando aún estudiaba en el colegio Nuestra Señora de la Asunción.
“Nunca tuve el temor de preguntarles a mis maestras qué me esperaba en esta carrera y yo recuerdo sus respuestas, me dijeron: tú vas a estar cinco años en la universidad o el instituto pero cuando trabajes todo es distinto, muchas cosas que aprendiste quedarán como teoría y la experiencia la vas a ganar en el campo. Y así fue.”, comenta.
Agrega que no vio desafío en aquella respuesta e ingresó al Instituto de Educación Superior Pedagógica Pública Arequipa (ISPA) en la especialidad de bioquímica, en esa etapa dos profesoras fueron su ejemplo, se trata de Erika Bustos y Katia Meza, bióloga y química, respectivamente.
DOCENTE Y MADRE. Su primer hijo nació cuando estaba en el quinto año de su carrera, como era hija única sus padres pudieron ayudarla.
“Mi hijo era pequeñito. Ese año yo hacía prácticas en las mañanas y tenía clases en las tardes; mi mamá y mi papá fueron un apoyo importante para graduarme, sino hubiese tenido que dejar los estudios y otra hubiese sido mi historia”, explica.
Como era docente, sus hijos estudiaron donde ella trabajaba, eso le permitió asistir a sus presentaciones por el Día de La Madre, reuniones de padres y otros.
Erika es una maestra muy comprometida, cuando nació su tercera hija, en el 2013, a los días de dar a luz se incorporó a su trabajo porque logró tener el cargo de directora, no gozó de su derecho prenatal y postnatal.
“Mi hija nació un 7 de enero y me incorporé a trabajar un 15 de enero, aún en cesárea. La educación es algo que en mí está por vocación y es algo que me jala mucho para estar en el campo”, expresó.