Arequipa. Las protestas a nivel nacional, pidiendo la renuncia de la presidenta Dina Boluarte y el cierre del Congreso, no han sido ajenas a nuestra región. Por el contrario, Arequipa es una de las zonas más convulsionadas en la que se registraron atentados a empresas privadas e instituciones públicas causando zozobra en los pobladores.
La plaza de Armas se convirtió en el centro cívico para las protestas de Arequipa. Pancartas, banderas y voces de todos los distritos de nuestra ciudad, se hicieron notar. “Abajo el Congreso”, “Destitución a Dina Boluarte” y frases aún más subidas de tono, se escucharon retumbar a un costado del conocido Tuturutu durante varios días.
DÍA 1. Las protestas en Arequipa iniciaban con la toma del aeropuerto Rodríguez Ballón, rejas derribadas, humo negro y protestantes se aglutinaban en sus alrededores por lo que los primeros heridos hacían su aparición. Uno de ellos habría recibido un disparo de perdigón.
Tras esto las manifestaciones se hacían notar en la plaza de Armas. Decenas de ciudadanos llegaban desde el distrito de Hunter al Cercado de Arequipa con sus banderolas adornadas con las conocidas frases: “Agro sí, mina no”.
Por otro lado, se registraba el bloqueo del puente Grau por trabajadores de construcción civil que, con una fogata y dos unidades grandes para mezclar cemento, impedían el paso de los carros. Mientras ocurrían estos hechos, se comunicaba que manifestantes habían ingresado a la planta de Gloria en Alto Siguas, donde quemaron camiones y maquinaria.
Basura quemada, vías cerradas y ciudadanos que caminaban largos trayectos para llegar a su hogar eran los estragos que había dejado la protesta que se pintaba de luto por 2 fallecidos en Andahuaylas.
DÍA 2. Los exteriores de Arequipa amanecían con piquetes, piedras en las calles y basura quemada que hacían notar el descontento de la población, por los hechos ocurridos en las protestas, y por los mensajes donde no se tenía respuesta clara de la presidenta Dina Boluarte.
Los sectores que más hacían sentir su voz de protesta fueron los de Cono Norte, Ciudad Municipal y Tiabaya.
En el centro de la ciudad, las plataformas comerciales que venden productos de primera necesidad, salieron a protestar. Avelino Cáceres, la Feria del Altiplano y microempresarios del centro Siglo XX también dieron a conocer su voz.
Asimismo, por el puente Grau aparecían manifestantes llegados del Cono Norte, que con piedras amenazaban a periodistas y negocios. Su paso por las calles de Santa Catalina fue de terror para algunas personas que desesperadas trataban de resguardarse. Ellos lograron llegar hasta la plaza de Armas, donde se dieron con la sorpresa de la presencia policial, por lo que fue muy rápida.
La turba se movilizó a la calle Mercaderes donde ocurrieron los primeros desmanes, algunas personas que serían infiltrados rompieron los ventanales de la tienda “Él” de donde se llevaron ropa, así también hubo ataques en las tiendas de Claro en la avenida Ejército en Cayma donde hubo robos de algunos equipos. Posteriormente se logró identificar a los delincuentes que tenían en su poder un equipo nuevo y 7 maquetas de celular. Así transcurría el segundo día, confirmándose la cifra de 7 fallecidos.
DÍA 3. Los militares en las calles era la primera imagen que percibían los ciudadanos de Arequipa. El Ministerio Público, los puentes y distintas calles de la ciudad, se encontrarían protegidos tras haberse declarado el estado de emergencia.
Uno de los primeros hechos ocurrió en la plaza de Armas, donde la policía motorizada llegaba al centro de la ciudad haciendo sonar sus sirenas e impactando a los ciudadanos. Los manifestantes entraron a dicho lugar haciendo sonar música tradicional de Arequipa, y con sus carteles que indicaban que pertenecían a la plataforma Río Seco y sus diferentes asociaciones.
También protestaron integrantes del gremio de Construcción Civil, quienes señalaban que no entablarían diálogo con un gobierno que no reconocían por lo que seguirían con las manifestaciones.