El 23 de febrero Lucrecia Huachani recibió un auto completamente nuevo, donado por la Asociación Automotriz del Perú (APP). La acción se realizó porque el taxi de Huachani fue quemado durante las protestas en contra del Gobierno. Sin embargo, lo que parecía un final feliz, fue todo lo contrario.
Al día siguiente, Ciro Baca, conductor que había alquilado el taxi de Huachani, denunció a radio Yaraví, que él por solidaridad a Lucrecia Huachani le pagaría 7000 soles, cada mes le abonaría el dinero para recuperar su vehículo incinerado. El taxista dejó como garantía su brevete a Huachani y pagó 2000 soles durante enero y febrero.
Recién cuando hizo la denuncia por la radio se comunicó con Huachani, quien le dijo que vaya a su casa para dialogar y que no tenía por qué hacer escándalo en el medio de comunicación.
La señora regañó a Ciro Baca y le devolvió sus documentos, mas no el dinero. Huachani realizará el abono en los próximos tres meses, pese a que ahora goza de un moderno auto. Se demuestra la falta de empatía a un taxista honrado.