María A.F.C. (55) comenzó a ingerir bebidas alcohólicas desde los 13 años. Sus papás eran alcohólicos. De menor fue víctima de maltrato y abuso sexual. Cuando creció prometió que nunca les levantaría las manos a sus hijos, pero cometió los mismos errores que sus padres hicieron con ella.
Cierto día de agosto, mientras deambulaba buscando una dirección, vio a un grupo de personas reunidas en el complejo deportivo Gustavo Mohme Llona en el distrito de Miraflores.
Era un grupo que tenía problemas similares al de ella. Decidió compartir su testimonio y se puso a llorar. Sentía que llegó a un lugar donde Dios la había guiado.
Así como María, otras 19 personas más con problemas de adicción alcohólica se reforman gracias al Programa de Reinserción Social Renaciendo Juntos que ofrece el municipio y que ayer celebraron su 12.° aniversario.
La gerenta de Bienestar Social y Desarrollo Humano, Edith Garifa Cano, informó que este programa brinda atención psicológica, alimentación y la posibilidad de culminar sus estudios; a personas que pululan en las calles ingiriendo bebidas alcohólicas.
Aldo C.V. (74) llegó a este programa hace 10 años. Confiesa que en su juventud, salía del trabajo e iba directo a tomar. Su comportamiento incomodó a su esposa y a los meses, lo dejó. “Caí en depresión y comencé a tomar más. Me conocía todos los huecos del distrito. Tenía dos hijos a quienes descuidé. Hoy estoy curado”, contó.
Desde abril, 106 personas llegaron a este programa, pero solo 20 continúan. Ellos reciben ayuda de estudiantes de psicología de las universidades UTP, Católica San Pablo y Santa María; y de dos psicológicos del programa Aurora y la Demuna. Además, gracias al convenio con la CEBA del colegio Gran Amauta, pueden culminar sus estudios.