Para una empresa privada alcanzar un elevado superávit (más ingresos que gastos) es un logro financiero, pero en una entidad ejecutora del Estado, es la muestra del carente criterio de ejecución presupuestal y la falta de conocimiento en inversión pública de partidas recibidas por el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF).
En el último informe de estados financieros del Gobierno Regional de Arequipa (GRA), emitido el pasado 25 de marzo del 2024 se muestra que la entidad liderada por Rohel Sánchez Sánchez tuvo un superávit en el 2023 de S/283 millones. Dinero que se tuvo que devolver al Ejecutivo para una nueva reasignación en este año cuando se pudo invertir o comprometer en favor de sectores como salud y educación que viven una crisis.
“Son 12 ejecutoras en el sector educación y 6 en salud que integran las unidades del GRA. Tenemos un activo total de S/8172 millones y un patrimonio S/4465 millones en el último año. Todo lo avanzado se puede ver en el SIAF (herramienta informática del MEF que brinda soporte a la administración financiera)”, manifestó el jefe de Contabilidad del GRA, Adolfo Huamán de la Gala.
CUESTIONA. Para la contadora pública y consejera regional Marleny Arminta, este restante presupuestal es una muestra de la falta de criterio en la inversión. Señaló que en un privado es un logro el 7 %, pero que en lo público existe un máximo permisible del 10 % de una cartera de inversión de S/1500 millones. Es decir, solo debió dejar sin ejecutar el GRA S/150 millones, cifra que equivale cerca del 50 % menos de lo que se consiguió.
“Habiendo tanta necesidad en los hospitales con la falta de equipos, en los colegios o por último con ese dinero colocar internet en los centros educativos, pero se prefirió dejar y se retorna al tesoro público. El superávit debe ser corto y no los millones presentado en el informe. Vamos a pedir un documento detallado de los estados financieros”, señaló.