Después de permanecer cuatro años recluido en el penal de Socabaya, Elmer Cáceres Llica volvió a la libertad. La Sala Suprema Penal anuló su condena y dispuso repetir el proceso por la compra de butacas para el coliseo La Montera en Chivay. La medida judicial también dispone su liberación inmediata, al no existir orden de prisión vigente en su contra.
A su salida, Cáceres Llica se dirigió a sus seguidores con la voz entrecortada. “Estos cuatro años de prisión prácticamente me han servido para reflexionar en la vida, en las cosas que deben hacerse bien y evitar lo malo”, expresó el exmandatario regional, agradecido por su reencuentro con la libertad.
El exfuncionario también habló del impacto personal que tuvo su encierro. “Durante cuatro años no he podido abrazar a mi hijita, no he podido llevarla al colegio, no he podido despertarla en la mañana”, confesó emocionado, destacando el dolor que le causó la separación de su familia.
Consultado sobre su futuro político, Cáceres fue enfático. “Por el momento no estoy pensando todavía”, dijo. “Ustedes entenderán que no me ubico todavía, son cuatro años en el cual quiero ubicarme”, añadió, señalando que necesita tiempo para adaptarse a su nueva realidad fuera de prisión.
La resolución judicial que ordena su libertad identificó vicios procesales en el juicio anterior. Según el magistrado César San Martín Castro, la Fiscalía presentó una acusación complementaria y el testimonio de un nuevo testigo sin otorgar a la defensa el tiempo suficiente para prepararse, lo que alteró los términos del proceso.
“Los procesos están ahí, desde un principio he indicado que soy inocente en todos”, reafirmó el exgobernador, quien aún enfrenta una investigación por el caso Los hijos del cóndor. “Me han enseñado a estar sobrio, que es lo que ahora en adelante tengo que estar”, concluyó. Su salida marca un nuevo comienzo para el exmandatario, que busca reencontrarse con su familia y dejar atrás la política.