El consejero regional por Islay, Juan Huanca Molero, lamentó el crítico estado en el que trabajan más de seis efectivos policiales de la comisaría de Quilca en Camaná. Alertó que la permanencia es inhumana al no tener correctos servicios básicos y pernoctar en ambientes que se caen a pedazos que tienen más de 20 años de antigüedad.
Informó que en su visita realizada a inicios de abril le explicaron que la dependencia tuvo que acondicionar un tanque de agua elevado para que sirva como baño. A esto se suma la necesidad de contar con más de 15 efectivos, cifra que en la actualidad llega al 40 % por debajo a la real demanda de cobertura en su jurisdicción.
"Ellos atienden a los pescadores artesanales, a la población y los accidentes en la carretera. Si bien necesitan más personas, pero no tienen el espacio suficiente, el trabajo es inhumano, no se puede dar el 100 %. Le vamos a pedir a la Región Policial que insistan con presupuesto del Ministerio del Interior”, manifestó.
CRISIS EN LA ZONA. El fiscalizador sostuvo que así como Quilca, también existe perjuicio en 6 comisarías de un total de 7 que operan en la provincia de Islay. Estas ya cumplieron su vida útil y presentan también necesidad de mantenimiento o en su defecto ampliación, ya que quedaron pequeñas.
“En temporada de verano llegan más de 100 mil personas a Mollendo cuando solo hay 11 policías. En Punta de Bombón y Deán Valdivia, así como Cocachacra, también quedaron pequeñas y no satisface la demanda”, agregó.