Las operaciones navales en el Caribe, combinadas con ataques a embarcaciones y una retórica beligerante desde Washington, han configurado lo que analistas y actores regionales describen como una campaña de presión destinada a socavar la estabilidad del gobierno de Nicolás Maduro. La Casa Blanca difundió videos y reportes sobre lanchas interceptadas o destruidas, y la presencia de buques, submarinos y miles de infantes de marina frente a aguas próximas a Venezuela ha disparado alarmas en Caracas y en la región.
“ya verás”
El Gobierno venezolano rechazó con firmeza esas maniobras y calificó las acciones estadounidenses como una agresión. El presidente Nicolás Maduro pidió investigar las imágenes difundidas por Washington —algunas vertientes del chavismo las han calificado de manipuladas— y aseguró que la estrategia busca generar un clima de miedo y desestabilización interna.
“No es tensión, es una agresión militar”
Expertos consultados coinciden en que, aunque el despliegue muestra capacidad coercitiva, no necesariamente se orienta a una invasión convencional; para varios analistas se trata de una operación psicológica dirigida a presionar a las fuerzas armadas venezolanas y al entorno del presidente.
“No creo que esto se trate de una invasión militar. Se trata más bien de una operación psicológica que trata de intimidar e incentivar a los militares a través del miedo a que saquen a Maduro del poder”
Al mismo tiempo, la escalada verbal y las amenazas explícitas desde sectores del Congreso y círculos afines a la administración estadounidense han elevado la temperatura política. Mensajes que auguran la salida forzada de Maduro y exhortan a acciones drásticas se mezclan con advertencias desde Caracas sobre represalias y protección de figuras opositoras en el extranjero.
“irse del país, pudrirse en una cárcel o terminar en polvo dentro de una bolsa plástica”
“Ellos amenazan y la fase que hay ahorita es el coco [la cabeza]: la guerra psicológica, que casi siempre está basada en mentiras, manipulaciones, en fake news, buscando dividir las fuerzas internas, porque así la cosa es más fácil”
La combinación de operaciones militares, presión diplomática y mensajes incendiarios deja a la región en una situación volátil, con el riesgo de que las campañas de intimidación se traduzcan en incidentes que escalen más allá del intercambio de palabras y acciones puntuales en el mar.
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