Hace 158 años, el país fue testigo de una de las gestas más importantes en la historia. El Combate del 2 de mayo significó la defensa de la soberanía de América Latina frente a la intromisión del extranjero. Lo más importante es que se reflejó la unidad de diferentes países en búsqueda del ideal de la independencia completa.
Esa unidad permanece como ejemplo de que las cosas pueden lograrse de manera exitosa si es que planteamos los mismos objetivos y trabajamos en el cumplimiento de estos. Pasó hace más de siglo y medio y puede repetirse los buenos ejemplos.
Lastimosamente nuestra clase política parece haber olvidado esta solución. Con cada tratando de satisfacer sus propios intereses en lugar de priorizar los objetivos del país, tenemos a un panorama sombrío en la búsqueda de soluciones ante las diferentes crisis que atravesamos y que impiden que el país salga del atraso.
Esta situación se ve favorecida por ejemplo con la negociación de favores bajo la mesa y que involucra no solo a ciudadanos de a pie. Durante los últimos días, las investigaciones del Ministerio Público apuntan a señalar que existiría un respaldo nada gratuito de autoridades regionales a la presidenta Dina Boluarte. Esto se daría a cambio de normas que podrían favorecerlos con obras y desembolsos económicos importantes.
Para no desviarnos del tema, que el Combate del 2 de mayo sirva para demostrar como ejemplo histórico de que resulta mucho más positivo dejar de lado egoísmos y favores personales para dar paso a los supremos intereses del país. Este registro del pasado hoy más que nunca debe emularse si queremos que el Perú pueda lograr crecer a nivel político, económico y social.
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